jueves, 27 de noviembre de 2008

JOSÉ URIEL GARCÍA OCHOA Y LA DEFENSA DEL REGIONALISMO

Autora: Erika Durand Marquina

““Con criterio marxista reconoce que “la historia de la humanidad la hacen los hombres en su conjunto con sujeción a leyes que sobrepasan la voluntad”.
(José Uriel García)
Una de las preocupaciones del Amauta Uriel García fue el Regionalismo, que defendió toda su vida, inclusive rebatiendo la opinión de Mariátegui, de que Regionalismo haya sido una postura del gamonalismo serrano, arguyendo que fue una corriente política de trascendencia en la que se inscribieron periodistas e intelectuales de relevancia como Angel Vega Enríquez, fundador de “El Sol”, José Angel Escalante de la revista de los universitarios de la primera huelga (1909) “La Sierra”, Luis Felipe Aguilar, de “El Sur”, José Angel Rodríguez y Juan Pablo Tresierra, del periódico “El Cusco”. Todos ellos activistas de un movimiento regionalista y anticentralista que deseaba morigerar todavía en los años veinte y treinta, la tendencia omnívora de la capital, que hoy ha llegado a niveles insostenibles. Refiriéndose a la huelga universitaria de 1909, dice García que esta “fue también contra el sistema político centralista, estrangulador de las “provincias”, absorbidas por única urbe peruana, la capital, vinculada con los terratenientes de todas partes” Hoy ad portas del advenimiento de un nuevo gobierno regional, conviene saber que las mentalidades más lúcidas del siglo XX, también creyeron que una solución al conflicto capital – provincias, era la regionalización.
En la huelga universitaria de 1909 García y sus compañeros, oponían una mentalidad revolucionaria en su época, contra doctrinas envejecidas de Santo tomás, Balmes, Suarez, Heinecio y de los españoles krausistas como Revilla, Giner de los Rios, que habían hecho obsoleta a la universidad, contra ello se rebelaron y la huelga fue, como dice García, “la primera insurrección universitaria, renovadora del pasado, socialmente progresista, democrática en su estructura interna “ y enfatiza que en ella tomó parte el pueblo y no fue fruto del actuar aislado de los dirigentes. Con criterio marxista reconoce que “la historia de la humanidad la hacen los hombres en su conjunto” “con sujeción a leyes que sobrepasan la voluntad”.
Décadas después Uriel García hizo un intento serio de reformular sus antiguas tesis de “El Nuevo Indio”, pertrechado del marxismo, como método científico y doctrina política de la liberación del proletariado y la creación de una sociedad socialista como fruto de la lucha contra el imperialismo, reflejando los momentos políticos del auge de la lucha de clases, entre los últimos años de la década de los cincuenta y la primera mitad de los sesenta. Período revolucionario, en que se desató la insurrección campesina, las guerrillas, y renació el movimiento obrero y campesino, a pesar de las cruentas represiones policiales y militares. En este marco político e histórico, le parecieron extravíos románticos y líricos sus disquisiciones del “El Nuevo Indio” todavía de un idealismo bergsoniano, fuertemente provinciano y racial, pero aguerrido y formador de una nueva conciencia social, y culturalista insertado en el debate por la cultura nacional, entre tradición y modernidad.
El maestro que indujera a sus discípulos por las sendas de la lucha social y la doctrina del comunismo científico, sin decidirse a la militancia abierta, culminó sus años, adscribiendo la ideología revolucionaria y procurando rehacer su discurso total, con un marxismo bebido en las propias fuentes, en una etapa en que aquella ideología sufría una de sus mayores crisis, el cisma del eje Moscú- Pekín, el advenimiento de una crítica desde las ciencias sociales, y la reflexión de marxistas no ortodoxos como Marcusse, y otros que darían forma a un marxismo remozado, desprovisto del dogmatismo y sectarismo, y su carácter de meta discurso fuertemente modernista en pro de una propuesta neohumanista.
Infortunadamente, el fallecimiento del maestro truncó sus estudios, y dejó a medias esa tentativa de reflexión marxista ulterior, que hubiera sido sin duda fructífera para el pensamiento socialista e izquierdista nativo, tan huérfano y venido a menos.

EL INDIGENISMO DE URIEL GARCÍA
Efraín Cristal, en “Una visión urbana de los andes, Génesis y desarrollo del indigenismo en el Perú, revela la naturaleza urbana del “indigenismo”, los indigenistas fueron fundamentalmente intelectuales urbanos, que tomaron partido por el indígena, sobre explotado por los gamonales terratenientes y por esa trinidad enbrutecedora del indio, al decir de González Prada, y que Clorinda Matto había denunciado en sus novelas, dando una dimensión política al problema. El primer núcleo indigenista fue el que se organizó como Sociedad Científica (1897) y editó su boletín, el segunda es el de la huelga universitaria al que corresponden García, Valcarcel, Demetrio Corazao, Jose G. Cosio, Rafael Aguilar, etc.
Hay dos variantes en el indigenismo cusqueño de los años veinte, el incaismo de Valcárcel y el neo indianismo de García, expresados en “Tempestad en los Andes” y “El Nuevo Indio”, posiciones casi contrapuestas, que polemizaron durante décadas.
En el presente trabajo se utilizaron materiales de carácter netamente bibliográfico y blográfico, y en cuanto al método empleado en el mismo, fue el del análisis y síntesis.
En conclusión Uriel García fue un regionalista convencido, preocupado por la educación y sobre todo muy identificado por la identidad y el respeto a sus orígenes, valor que inculcó en sus estudiantes en toda ocasión. Lo más importante y trscendental para nosotros, educadores cusqueños, es que El doctor José Uriel García Ochoa nació también en Cusco.

Blografía:
http://es.wikipedia.org/wiki/José_Uriel_García
http://www.nuevoindio.com/index.html
H:\cusqueños ilustres Uriel García Ochoa y el regionalismo cusqueño.htm
http://www.nuevoindio.com/trailer.html
http://www.nuevoindio.com/index.html

1 comentario:

Sandro dijo...

Realmente interesante,felicito a la autora de este artículo, es gratificante saber que los docentes de hoy están al tanto de la tecnología y poseen un gran sentido crítico. ¡Muy bien La Salle!